Probablemente hayas escuchado a tu perro soltar su lobo interior y lanzar algunos aullidos largos. El 73% de los dueños de perros en una encuesta reciente de IAMS* creen que hacen esto para comunicarse. Esta forma de vocalización tiene una larga historia y se utiliza por diferentes motivos. Comprender más acerca de los aullidos te ayudará a comprender mejor a tu perro.
El aullido es un rasgo antiguo que usan los lobos para comunicarse con otros miembros de su manada y otras manadas a largas distancias. Pueden estar tratando de localizar a un miembro perdido, mostrar el tamaño de su manada o advertir de un peligro. Es como un grupo de texto canino.
El aullido de un lobo se puede escuchar hasta a 10 millas de distancia.
Cada lobo tiene su propio aullido único, por lo que los miembros de la manada saben quiénes son, incluso a kilómetros de distancia.
Los perros responden instintivamente a los ruidos parecidos a aullidos aullando ellos mismos. Sonidos como sirenas, otros perros, cantos o su hijo aprendiendo a tocar el violín suelen ser suficientes para que suenen.
Los perros siguen siendo animales muy sociales; es solo que ahora somos su manada. Cuando nos extrañen, aullarán con la esperanza de que respondamos. El Dr. James Serpell, BSc, PhD, Profesor de Ética Humanitaria y Bienestar Animal en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, lo explica de esta manera: “Ese [aullido] es un intento por parte del perro de pedirle al dueño básicamente, '¿Dónde estás para que pueda reunirme contigo?'”
El Dr. James Serpell no lo cree así. “Mi propia investigación ha demostrado que es común en todas las razas. La gente piensa que los perros esquimales pueden ser más propensos a aullar en grupo”.
Los perros que sufren ansiedad por separación pueden aullar excesivamente cuando se quedan solos en casa. El Dr. Jo Gale, BVetMed CertLAS MRCVS, Gerente sénior de Global Science Advocacy en Waltham Petcare Science Institute, dice: 'Si refuerza el comportamiento silencioso, es menos probable que sigan aullando'. Puedes hacer esto silenciando a tu perro y luego saliendo por un tiempo muy breve antes de regresar y recompensarlo cuando se quede quieto. Aumenta gradualmente el tiempo que te vas para asegurarles que siempre volverás.
*Propietarios de perros de EE. UU. encuestados, mayores de 18 años
Tamaño de la muestra: n=201
Campo del 8 al 10 de mayo de 2020
La carnitina, o L-carnitina, es un compuesto similar a una vitamina que se produce en el cuerpo a partir de los aminoácidos lisina y metionina. Se encuentra en fuentes de proteína de origen animal, no vegetal. Se ha utilizado para ayudar con metabolismo de las grasas en otras especies y trabajos científicos recientes indican que puede ayudar a reducir el peso en perros con sobrepeso.
Esta sustancia soluble en agua se une a los ácidos grasos y los transporta a las mitocondrias celulares (parte de la célula que convierte la grasa en una forma utilizable de energía) donde se descomponen mediante la oxidación y se convierten en energía para todos los tejidos, incluidos el corazón, el hígado, el y músculos esqueléticos. A través de este proceso, la carnitina ayuda a reducir el almacenamiento de grasa corporal y la cantidad de grasa en el torrente sanguíneo.
En un estudio realizado por The IAMS™ Company, los perros con sobrepeso recibieron dietas similares. Un grupo recibió una dieta suplementada con L-carnitina mientras que otro grupo recibió una dieta sin L-carnitina suplementaria. Después de siete semanas, el grupo que recibió la dieta sin suplementos de L-carnitina perdió un 1,8 % del peso corporal en comparación con el 6,4 % de pérdida de peso corporal del grupo que recibió la dieta suplementada con L-carnitina. Asimismo, la grasa corporal se redujo en cada grupo en un 2,4% y un 4,6%, respectivamente. 1 Por lo tanto, la L-carnitina promueve la pérdida de peso corporal y grasa corporal en perros con sobrepeso.
1 Sunvold GD, Tetrick MA, Davenport GM, Bouchard GF. ''La suplementación con carnitina promueve la pérdida de peso y la disminución de la adiposidad en el canino'.' Actas de la XXIII Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales. pags. 746. Octubre, 1998